miércoles, 16 de enero de 2013

La actividad física es esencial para personas con afecciones cardiacas

La actividad física es esencial para personas con afecciones cardiacas
Las universidades de Albany, Oakland y Atlanta (norteamérica) han elaborado un estudio sobre la importancia de la actividad física en las personas con afecciones cardiacas. Las conclusiones destacan que realizar ejercicio de forma habitual es un factor indispensable en el proceso de recuperación y puede reducir la mortalidad hasta en un 20%.
El ejercicio ha sido descrito recientemente por los expertos como el “fármaco milagroso”, debido a que es beneficioso para cualquier parte del cuerpo y alarga sustancialmente el tiempo de vida. Los autores de este estudio sugieren que muchos médicos subestiman el poder de la actividad física y no señalan la importancia que tiene realizarla de manera regular y los problemas que puede acarrear mantener una vida sedentaria.
Aunque existen otros factores de riesgo para los pacientes con enfermedades cardiacas (tabaquismo, hipertensión, colesterol, etc.), el ejercicio físico se trata de un componente indispensable en la estrategia de prevención de este tipo de afecciones. Sin embargo, en la mayoría de los casos es un factor infravalorado. En la mayoría de los casos, los pacientes no reciben información sobre este tipo de terapia y no se les conciencia sobre la importancia y la eficacia de este hábito saludable.

Según los autores, el aumento de la actividad física y de las aptitudes cardiorrespiratorias puede mitigar la progresión de las enfermedades cardiovasculares. El ejercicio posee factores antiescleróticos, antitrombóticos, anti-isquémicos, antiarrítmicos y produce efectos secundarios psicológicamente positivos. Esto, unido a la terapia médica óptima, ha demostrado que puede reducir la mortalidad hasta en un 20%, llegando a un 26% en casos de afecciones cardiacas y un 21% en leves infartos de miocardio.

Los especialistas indican también que en la medicina actual no se hace demasiado hincapié en la importancia de la actividad física regular como piedra angular de prevención de enfermedades. Es fundamental que los profesionales de la salud se den cuenta de que deben aconsejar a los pacientes de que llevar una vida sedentaria es tan perjudicial como fumar o no reducir cualquier otro factor de riesgo.

Los pacientes que sufren una enfermedad isquémica estable deberían realizar actividad aeróbica moderada de 30 a 60 minutos diarios, cinco días a la semana, para pacientes con una enfermedad isquémica estable. De esta manera, se aumenta el consumo de oxigeno y pueden modificarse los factores de riesgo cardiovascular. Además, se indica complementarlo con entrenamiento de resistencia dos días a la semana para mejorar el tono muscular.

Esta investigación ha sido realizada por William E. Boden (Albany Medical College), Barry A. Franklin (Oakland University William Beaumont School of Medicine) y Nanette K. Wenger (Emory University School of Medicine, Atlanta).

FUENTE: www.munideporte.com