lunes, 25 de febrero de 2013


El ejercicio como terapia

Los programas de entrenamiento reglado y monitorizado son claves en la lucha contra algunas patologías

Los beneficios que reporta cualquier actividad física son conocidos. Practicar deporte de manera periódica ayuda a prevenir un sinfín de enfermedades y es puntal en el tratamiento de otras, como la diabetes o la obesidad. Un nuevo programa puesto en marcha en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, con la colaboración de la Universidad Europea de Madrid, demuestra que en niños afectados de parálisis cerebral, cáncer o anorexia, entre otras enfermedades, el ejercicio físico ayuda al pronóstico y a sobrellevar mejor las terapias, además de mejorar su calidad de vida.
Expertos del servicio de fisioterapia y rehabilitación del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid, junto con la Universidad Europea de Madrid (UEM), han desarrollado un programa de ejercicio físico para optimizar la capacidad funcional, aumentar la percepción del propio cuerpo y mejorar el estado de ánimo de los pacientes ingresados en este centro. Ya en 2004 empezaron a aplicarlo como una herramienta terapéutica en pacientes de oncología.
Más tarde, trasladaron el programa a los pacientes que, por recibir un trasplante de médula ósea, deben permanecer aislados (como medida de control de infecciones), precisan estar encamados y registran ingresos hospitalarios muy largos. Realizar ejercicio físico en la misma habitación les permitía afrontar mejor las terapias, sentir menos fatiga y realizar más actividades de la vida diaria. Los investigadores han confirmado que les ayuda a superar el componente depresivo habitual por su situación crítica.

Entrenamiento de fuerza

Otros programas en marcha en el mismo centro hospitalario buscan estudiar los efectos de un entrenamiento reglado y monitorizado, en oposición a las directrices aconsejadas hasta este momento: una rehabilitación suave. Los estudios preliminares sobre niños afectados de fibrosis quística, que por norma general tienen una condición física deficiente, empiezan a dar resultados. El interés que suscita la actividad física como parte de la terapia queda plasmado en una investigación que acaba de obtener el III Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte otorgado por la Universidad de Oviedo.
El ejercicio físico, también en la diabetes, es uno de los pilares en los que se fundamenta el tratamiento, junto con la dieta y la medicación
Desde el servicio de Traumatología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y el Laboratorio de Fisiología del Ejercicio de la UEM, en colaboración con el Laboratorio de Análisis del Movimiento, se ha estudiado el uso de plataformas vibratorias en niños con parálisis cerebral, con la conclusión de que ayuda a demorar el deterioro funcional. Uno de los objetivos del programa es retrasar la evolución de la enfermedad cuando el afectado precisa silla de ruedas.

Deporte para la anorexia

Participar en programas de entrenamiento que incluyan ejercicio físico regular y supervisado puede ser uno de los pilares del tratamiento en afectados por anorexia nerviosa. Esta práctica refuerza la imagen, reduce el estrés emocional y las afectadas -a menudo mujeres- aceptan mejor los programas de realimentación, un aspecto que favorece el pronóstico y evolución del trastorno. Así concluye otro trabajo conjunto entre la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Europea (UEM) y el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
Para el estudio se contó con 22 pacientes (de 13 a 15 años) en régimen ambulatorio. El entrenamiento monitorizado, siempre adaptado a la terapia psicológica y al estado de la paciente, fue de intensidad baja-moderada y en las sesiones se trabajaban los grandes grupos musculares. El objetivo era recuperar la masa corporal, la fuerza, la resistencia y corregir la atrofia por inactividad. Aunque parece que se origina una mejora en la densidad ósea y en la capacidad cardiorrespiratoria, los expertos creen que todavía carecen de datos concluyentes y que son necesarios más estudios.

El ejercicio en el tratamiento de la diabetes

El entrenamiento físico, también en la diabetes, es uno de los pilares en los que se fundamenta el tratamiento, junto con la dieta y la medicación. La actividad física reduce los niveles de glucosa en sangre al aumentar su utilización por el músculo, mejora la eficiencia de la insulina, disminuye las necesidades de insulina diaria o las dosis de fármacos antidiabéticos orales, contribuye a mantener un peso adecuado (evita la obesidad) y disminuye los niveles de lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos), además de mejorar la calidad de vida (contiene la ansiedad, depresión y el estrés) y evitar el desarrollo de complicaciones cardiovasculares de la enfermedad.
No obstante, su práctica debe estar orientada de manera individual según las características y peculiaridades de cada persona y el tipo de diabetes que sufra. De lo contrario, puede comportar problemas. El más frecuente y temido es la hipoglucemia, que se desarrolla mientras se realiza la actividad física o unas horas después de haber terminado.
A pesar de que no está contraindicado realizar deportes de riesgo (que no comporten excesivo esfuerzo o posibles lesiones en los pies), siempre hay que empezar de forma gradual y nunca perder de vista los niveles de glucemia. Sin embargo, el ejercicio moderado y diario es el más recomendable, algo muy fácil de conseguir si se andan 60 minutos o se dan paseos en bicicleta. No llevar un buen control de la enfermedad, no saber recononocer los signos de peligro (hipoglucemia) o cuando la diabetes ya ha empezado a provocar algunas complicaciones crónicas, sean microvasculares (retinopatía, nefropatía, neuropatía) o macrovasculares (alteraciones coronarias, arteriopatía periférica, enfermedad cerebrovascular o estenosis de arteria renal, entre otras) contraindica el ejercicio físico.
En definitiva, la práctica de actividad, además de reforzar el sistema inmunológico, el cardiovascular, el respiratorio, el musculoesquelético o la función renal, entre otros, proporciona bienestar emocional. No solo es imprescindible en la prevención de enfermedades, sino que parece ser también una herramienta fundamental en la terapia de muchas patologías.

EJERCICIO PARA EL COLESTEROL ALTO

La hiperlipidemia es el nivel elevado de grasas en la sangre. Estas grasas, llamadas lípidos, son el colesterol y los triglicéridos. Cuando se registran niveles altos de ambos, se denomina trastorno lipídico. A pesar de que el tratamiento depende de la edad, los antecedentes médicos o tóxicos (hábito tabáquico), cualquier persona puede tomar algunas medidas para mejorar los niveles en sangre y disminuir el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular.
Una dieta cardiosaludable (más frutas y verduras ricas en fibra), evitar las grasas saturadas (estén en alimentos de procedencia animal) y las grasas trans (en algunas margarinas, patatas fritas, aperitivos fritos industriales, pastelería y bollería industrial), someterse a revisiones médicas y controles de los niveles de lípidos, mantener un peso adecuado, dejar de fumar y, además, realizar ejercicio físico con regularidad son las recomendaciones de los expertos que, en definitiva, están relacionadas con hábitos de vida modificables.
Esta afirmación se apoya en multitud de investigaciones que han demostrado que un entrenamiento periódico influye en los niveles de lípidos en sangre. Los expertos invitan a realizar una consulta médica previa para valorar la práctica deportiva más adecuada, más si se sufre obesidad o sobrepeso. El ejercicio más recomendable es el aeróbico, como caminar, la carrera suave, el ciclismo o la natación, entre otros, siempre de tres a cinco veces a la semana.

FUENTE: www.consumer.es

domingo, 17 de febrero de 2013


Ejercicio físico con máquinas: ¿una práctica saludable?

Entrenarse con máquinas es saludable, siempre y cuando se sigan las pautas recomendadas por profesionales
- Imagen: Víctor Santa María -Ponerse en forma y adelgazar es el objetivo común de muchas personas que recurren a equipos para hacer ejercicio físico: máquinas para la práctica aeróbica, de fortalecimiento, de vibración vertical, oscilatoria, etc. Pero ¿es saludable practicar ejercicio en ellas? ¿Hay que acudir siempre al gimnasio y contar con un entrenador personal, o se pueden usar en el domicilio? En este artículo se analizan las máquinas para ejercitarse en casa y en el gimnasio y los aspectos que hay que tener en cuenta antes de utilizarlas, ya que no están exentas de contraindicaciones.

Hacer ejercicio físico con máquinas bajo las pautas de un profesional

Ponerse en forma es uno de los propósitos que se hacen, con más frecuencia, con el nuevo año. El mes de febrero resulta clave para consolidar, y no abandonar, el programa de ejercicios que se inicia después de la Navidad, si se quiere mejorar la forma física para la llegada del buen tiempo. Dentro de este nuevo plan de entrenamiento, algunas personas se preguntan si ejercitarse con máquinas es saludable y bajo qué condiciones. La respuesta de los expertos es que sí, siempre y cuando se sigan las pautas de un profesional.
"Después de las fiestas navideñas, no se debe comenzar el ejercicio de forma no reglada o asesorada. Cada persona tiene sus capacidades y limitaciones y, antes de practicar cualquier entrenamiento, debe conocerlas y saber si padece alguna enfermedad cardiovascular, pulmonar, endocrina o metabólica, mediante evaluación médica. Este asesoramiento clínico es útil para cuando se acuda a una instalación deportiva y debe conocerlo el profesional independiente que después aconsejará sobre el uso de los equipos", explica Salvador Pitarch, fisioterapeuta del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV).
Ejercitarse con máquinas es útil si se utilizan de manera adecuada, pero perjudicial si se levantan cargas excesivas o las posturas son incorrectas
Tampoco es conveniente ejercitarse de forma exclusiva o aislada con máquinas, sino que este entrenamiento debe combinarse con otros ejercicios para conseguir buenos resultados, según información de este experto. "La ayuda de un profesional es imprescindible. Debe asesorar sobre las cargas, los ciclos y las repeticiones con las que se ha de trabajar, las tablas de ejercicios y las posturas. Estas varían en función del objetivo de la persona, que puede ser perder peso, muscular o tonificar; y según esto, se le recomendará trabajar con más peso y menos repeticiones o hacer más repeticiones con menos peso", informa Mercedes Sanchís, investigadora del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV).

Máquinas para hacer ejercicio: saludables con matices

"Las máquinas son muy beneficiosas, de manera idónea bajo el asesoramiento de un entrenador personal o de una persona con conocimientos previos. Ayudan a mejorar la fuerza, la potencia o la resistencia, según el objetivo elegido", declara Laura Feliu, licenciada en el Instituto Nacional de Educación Física (INEF), coordinadora del departamento deportivo de Holme Place Balmes.
Sobre todo son de gran ayuda para quienes sufren alguna lesión, sobrepeso o un peso excesivo, puesto que salir a correr al exterior, a un terreno abrupto o a la calle, puede ser contraproducente. En estos casos, es preferible recurrir a la cinta para correr o la bicicleta.
También son muy útiles para personas que no pueden movilizar ciertas partes del cuerpo, para mejorar su movilidad y conseguir ciertos objetivos de rehabilitación. "Podemos ayudarles a levantar las piernas o los brazos, según cuál sea el objetivo de rehabilitación, cuando por sí mismas no tendrían fuera para alzar los brazos. De lo contrario, la musculatura poco a poco se les atrofia", dice Feliu.
"Las máquinas son útiles si se utilizan bien y las cargas que se levantan son las adecuadas a la edad, estructura y peso de cada persona, y nocivas si el peso utilizado es excesivo o las posturas son incorrectas", informa Sanchís, del IBV. "Si se hace un mal uso de ellas, pueden producir una lesión en el sistema musculoesquelético o agravar una patología ya existente", precisa Pitarch, del IBV.

Practicar ejercicio con plataformas vibratorias

Las máquinas consistentes en plataformas vibratorias, como las de PowerVibe, emiten vibraciones constantes que el cuerpo asimila que, desde el punto de vista de trabajo, resultan más beneficiosas. "Es como si el usuario tuviera un peso externo -pero sin soportarlo-, lo que facilita la labor con personas lesionadas que no podrían cargar peso. También permite acelerar los resultados del entrenamiento, ya que activa las fibras más rápido, y mejora la capacidad muscular", apunta Feliu.
"Según el objetivo que busque el usuario, las máquinas se utilizan de distinta manera. Se puede efectuar un gran trabajo sin que se note ni sobrecargar la columna. Bien ejecutados, los ejercicios con las plataformas vibratorias son igual de beneficiosos que con los equipos habituales de los gimnasios", destaca Feliu.
Sin embargo, "las vibraciones que emiten se trasladan por todo el cuerpo y, aunque se conocen más sus mecanismos de acción y efectos sobre el sistema musculoesquelético, todavía se investigan los posibles efectos sobre el sistema cardiocirculatorio y nervioso", advierte Pitarch.
De hecho, los trabajos científicos realizados muestran diferencias respecto a los resultados sobre el uso de plataformas vibradoras. A pesar de que algunas publicaciones han reflejado mejoras de flexibilidad, aumento de la fuerza y de la potencia, hay otras donde no queda claro el alcance de sus beneficios a corto, medio y largo plazo. "Los estudios se han efectuado en deportistas de élite y en la población general, en la que se ha visto que se obtienen mejoras en aspectos como el equilibrio. Pero, en la actualidad, los resultados aún son contradictorios", informa Pitarch. Y es que dependen de la variabilidad de los protocolos de ejercicios de cada investigación, del sujeto estudiado, de los parámetros seleccionados, de las dosis y del tipo de plataforma que se utilice; no es lo mismo una plataforma de vibración vertical que oscilatoria.

Contraindicaciones de las plataformas vibratorias

Las máquinas con vibraciones para realizar ejercicios están contraindicadas en embarazadas, en personas sometidas a ciertas operaciones, con implantes metálicos o con problemas de columna.
Es fundamental que los usuarios se informen antes de utilizarlas, que no las usen sin una guía recomendada por un entrenador y sin asegurarse de que no tienen ninguna contraindicación de salud.
Los principales riesgos están relacionados con superar el tiempo de instrucción aconsejado, sin respetar los periodos de descanso. "Los trabajos en estos aparatos se deben realizar durante 30-60 segundos, seguidos de un descanso, para luego volver a retomar el ejercicio", según Laura Feliu, coordinadora del departamento deportivo de Holme Place Balmes.

Consejos al adquirir equipos deportivos

Cuando se adquieren máquinas para entrenarse en el domicilio, hay que asegurarse de que no sean falsas, de su procedencia y de su calidad y base científica, indica Feliu. Deben contar con un certificado de las normas UNE o ISO en su etiquetado, que garanticen que no tienen aristas vivas que puedan cortar a los usuarios, ni puntos donde se pueda quedar atrapado, ni que exista la posibilidad de pillarse los dedos con las pesas, que sean estables y no se puedan volcar, entre otras medidas de seguridad, añade Mercedes Sanchís.
Si es una sencilla bicicleta estática o una cinta para correr y el ejercicio que se realizará tiene como finalidad mantener el estado de salud general, sin efectuar un esfuerzo físico de gran exigencia, no hay inconveniente en utilizarlas en casa.
Por el contrario, si se pretende levantar grandes pesos en equipos de musculación y realizar una actividad física más estricta es preferible acudir a un centro para evitar malas posturas y lesiones, recomiendan los expertos del Instituto de Biomecánica de Valencia.

FUENTE: www.consumer.es

domingo, 10 de febrero de 2013


Hábitos en la alimentación que ayudan a prevenir lesiones

Maratón


  • Un músculo mal hidratado tiene más riesgo de lesión, contracturas y calambres.

  • La dieta del deportista debe ser equilibrada desde el punto de vista energético, pero rica en hidratos de carbono complejos.

  • También rica en proteínas de alto valor biológico y adecuada en ácidos grasos esenciales.

Si existiesen alimentos que previniesen lesiones, seguramente estaríamos ante algo revolucionario, pero lo cierto es que no es así. Lo que sí ayuda son los hábitos alimentarios. Desde Consumer enseñan cómo.

Hidratación: clave para músculos y tendones

En gran medida, el rendimiento en una actividad física depende de una correcta alimentación antes, durante y después del ejercicio. De todos los alimentos de la dieta, el agua (o la hidratación) es el que más debe cuidarse para evitar problemas de termorregulación, deshidratación y lesiones musculotendinosas. Un músculo bien hidratado es más flexible y resistente, mientras que un músculo mal hidratado tiene más riesgo de lesión, contracturas y calambres. Lo mismo ocurre con los tendones.

Hidratación

Los seis hábitos correctos de hidratación del deportista son:

  • No esperar a tener sed.

  • Tomar medio litro de bebida 15 minutos antes de la actividad física, otro medio litro (como mínimo) durante el ejercicio, en pequeños sorbos cada 10-15 minutos, y beber otro medio litro después de la actividad.

  • No beber más de medio litro de agua sola a la hora, sino añadirle un pellizco de sal o sustituirla por una bebida isotónica. Esto ayudará a reponer las pérdidas, no solo de agua, sino también de sales minerales (en especial, el sodio).

  • Pesarse antes y después del ejercicio físico. Debemos reponer el 150% del peso perdido.

  • Aunque es más importante la pérdida de agua que de minerales, en ambientes calurosos (por encima de 25ºC), es preciso tomar una bebida con sales minerales (asegurarnos que tenga entre 0,5-0,7g/L de sodio), ya que nuestro cuerpo pierde sodio, potasio y cloro en el sudor.

  • En actividades superiores a una hora de duración, es recomendable que la bebida isotónica contenga azúcares (mezcla de glucosa, frutosa, maltrodextrinas, etc), en una concentración del 6%-8%, es decir, 6-8g de azúcares por cada 100 ml de bebida.

La dieta del deportista

La alimentación actúa en la función preventiva y también supone un pilar de apoyo a las funciones de optimización y recuperación del esfuerzo con el deporte. Los expertos coinciden en que una dieta sana y equilibrada puede cubrir todos los requerimientos nutricionales del deportista, por lo que los aportes extras de los "superalimentos" o sustancias consideradas como "mágicas" carecen de significación importante.

De forma genérica, la dieta debe ser:

  • Equilibrada desde el punto de vista energético, pero rica en hidratos de carbono complejos.

  • Rica en proteínas de alto valor biológico.

  • Adecuada en ácidos grasos esenciales.

  • Suficiente en vitaminas, minerales, agua y fibra (en cuanto a la ingesta de vitaminas y minerales, no se ha comprobado que deban incrementarse en el deportista).

Los alimentos recomendados son:

  • Carnes magras, aves y pescado (proteínas de alto valor biológico, hierro, potasio y agua).

  • Leche y yogures desnatados, quesos frescos (calcio, vitaminas del grupo B y proteínas de alto valor biológico).

  • Cereales de desayuno, muesli, arroz, pan, pasta, patata (ricos en carbohidratos complejos, fibra, vitamina B y potasio).

  • Frutas y verduras (ricas en potasio, agua, fibra, vitamina C, ácido fólico y betacaroteno).

  • Legumbres (ricas en carbohidratos complejos, fibra, potasio, hierro).

  • Aceites vegetales, mejor de oliva (ricos en monoinsaturados, vitamina E y betacaroteno).

  • Pescados (sobre todo los azules por su contenido en ácidos grasos omega-3, que intervienen en la disminución de procesos inflamatorios).

La importancia de los nutrientes

Las carencias nutricionales más importantes que se detectan en estudios poblacionales de deportistas son las de hierro, calcio, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B, con especial incidencia en las mujeres. Estas carencias limitan de manera evidente el rendimiento deportivo de una persona. Los minerales y vitaminas pueden obtenerse sin inconveniente a través de la dieta o suplementarse en el caso de los deportistas de élite o en situaciones que impidan cubrirlos solo con la alimentación (como en expediciones a la montaña, periodos de viaje y competiciones fuera del lugar de residencia del deportista).

La deficiencia de hierro es la más habitual en el deportista, si bien no se relaciona con lesiones. No así la carencia de calcio -más frecuente también en mujeres-, que sí está relacionada con el incremento del riesgo por fracturas de estrés. Por tanto, quienes practican deporte deben estar atentos al aporte de calcio en la dieta y procurar, a su vez, que los lácteos ingeridos no sean ricos en grasas. Mantener un correcto peso corporal ayudará a evitar lesiones por sobrecarga.

Asimismo, las reservas de glucógeno, que se agotan a la hora y media o dos horas de ejercicio intenso, deben reponerse al terminar. Se ha demostrado que cuando se ingieren hidratos de carbono tras realizar ejercicio, los músculos se cargan muy bien de glucógeno, mientras que si se tarda un par de horas en comer solo se llenan los depósitos a un 50%. Al acabar el ejercicio, los deportistas deben acostumbrarse a ingerir alimento sólido o líquido que aporte una elevada concentración de hidratos de carbono (mínimo 1g/kg de peso) con alto índice glucémico (como pan o patatas).

FUENTE: CONSUMER/EROSKI