miércoles, 17 de abril de 2013


Pilates y salud

El método Pilates es un entrenamiento que combina fuerza, resistencia, flexibilidad y control mental
  • Por MONTSE ARBOIX

Cada vez hay más adeptos al método Pilates. Y no solo bailarines y deportistas se benefician de esta práctica. Sus defensores pregonan que es un entrenamiento integral de cuerpo y mente que pueden desarrollar personas de todas las edades. Hasta crece el número de especialistas de distintos ámbitos de la salud que lo recomiendan para enfermedades tan distintas como asmainsuficiencia cardiaca e, incluso, para pacientes oncológicos. Se ha demostrado que tiene beneficios neurológicos, ginecológicos, en el aparato locomotor y en la rehabilitación posquirúrgica de lesiones. Pero como todo ejercicio deportivo, tiene sus contraindicaciones. En este artículo se describe qué aporta la práctica del método Pilates y las distintas investigaciones que llevan a cabo profesionales de diferentes ámbitos de la salud.
"En 10 sesiones sentirás la diferencia, en 20 verás la diferencia y en 30, te habrá cambiado el cuerpo". Estas son palabras de Joseph Humbertus Pilates, el creador del método Pilates. Pero, ¿en qué consiste? Se basa en 300 ejercicios básicos -derivados de la gimnasia correctora y de otras modalidades deportivas- y sus variables, que tienen un objetivo principal: fortalecer el centro de gravedad, localizado entre la zona abdominal y lumbar, denominada "powerhouse". Estas actividades se pueden practicar en el suelo o encima de superficies adaptadas que llevan incorporados distintos raíles, estructuras o poleas.
A partir de ahí se trabaja la musculatura abdominal, incluso la de capas más profundas, fortalece el suelo pélvico, corrige la postura corporal, robustece la musculatura de la espalda y mejora su alineación, aumenta la flexibilidad, el equilibrio, la coordinación y la capacidad pulmonar y reduce el estrés. Además, cultiva el alargamiento vertebral y ayuda a que los discos intervertebrales dejen de estar colapsados.
Para conseguir estos beneficios, J. H. Pilates estableció seis principios básicos:
  1. Concentración: hay que poner atención en los movimientos que se realizan.
  2. Control de todas las acciones.
  3. Fuerza central: atiende al reforzamiento del centro de gravedad (músculos abdominales, perineales, glúteos y lumbares).
  4. Movimiento fluido: los ejercicios hay que haerlos de manera suave y fluida, sin prisas ni rigidez.
  5. Precisión al hacer los movimientos.
  6. Respiración: mediante una inhalación profunda con una exhalación plena forzada, coordinada con los movimientos. Por norma general, se inhala al prepararse para un movimiento y se exhala durante la ejecución.

Pilates: la opinión de los especialistas

Una mala práctica de Pilates puede provocar sobrecargas y lesiones músculo-ligamentosas
¿Cuál es el principal beneficio que aporta el método Pilates?Para Juan Bosch, médico especialista en Medicina del Deporte del Hospital Sant Rafael de Hermanas Hospitalarias, en Barcelona, "el trabajo de control, tanto de la posición del cuerpo como de la respiración, es muy importante y ello posibilita una mejora postural y de la respiración. También se tonifican y flexibilizan los músculos y, en consecuencia, mejora el equilibrio entre los diferentes grupos musculares". Este especialista recomienda su práctica a quienes quieran realizar un ejercicio de mantenimiento o de corrección postural, sean deportistas o no. "La versatilidad, tanto de los distintos ejercicios como del uso de diferente utillaje, permite practicarlo a un amplio rango de población, solo con adaptarlo a las diferentes necesidades y objetivos de cada uno", afirma.
Para Juan Bosco Calvo, médico del deporte, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares e introductor del método en España, en unas declaraciones a 'Diario Médico', asegura que "para la columna, desde cervicales hasta lumbares, cadera, rodilla y hombro, no hay una cinesiterapia más avanzada". Y es que este experto, que ha realizado más de 300 talleres a profesionales del ámbito de la atención primaria del Sistema Nacional de Salud, no se cansa de proclamar sus beneficios en el ámbito de la rehabilitacióndel aparato locomotor.
El pilates terapéutico se basa en el movimiento fluido y controlado, adaptado a la vida doméstica, al deporte o a la rehabilitación. Bosco insiste en que el objetivo es prevenir que la lesión se repita y mejorar el estado psicofísico. En rehabilitación utiliza unas estructuras similares a una cama. De hecho, en EE.UU. y Reino Unido forma parte de las terapias de rehabilitación.

Pilates: cuidado con las contraindicaciones

¿Qué puede provocar una mala práctica? Bosch explica que "la complejidad, la exigencia de una correcta ejecución, el trabajo de percepción del propio cuerpo y el control de la respiración determinan que, para una actividad segura, sea esencial la profesionalidad y buen hacer del monitor. Una mala práctica del método Pilates, con un inadecuado control o progresión, puede representar un riesgo de sufrir sobrecargas y lesiones músculo-ligamentosas".
De hecho, los especialistas tampoco recomiendan su práctica ante estados de inflamación aguda. También ponen el énfasis en que, aprovechando su auge, se ha generalizado en muchos centros deportivos y, a veces, no se realiza de la manera más adecuada.

Evidencia científica del método Pilates

Son muchas las sociedades científicas que aconsejan el método Pilates. La misma Fundación del Corazón lo hace para fomentar la actividad física entre los pacientes enfermedades cardiovasculares.
También el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama, GEICAM, en su empeño de incluir el ejercicio dentro del tratamiento del cáncer, señala que la actividad física puede ayudar a la recuperacion de las mujeres que sufren cáncer de mama y apunta al método Pilates como la mejor opción: se adapta a todas las edades y formas físicas e, incluso, se puede practicar en la enfermedad o la convalescencia. Asimismo, recuerda que reduce la ansiedad y la depresión, mejora la autoestima y provoca una mayor sensación de control. Eso sí, recomienda realizarlo con un monitor particular.
En la primera guía contra el estreñimiento publicada por la Fundación Española del Aparato Digestivo, FEAD, además de aconsejar unos hábitos higiénico-dietético adecuados, se insiste en la necesidad de realizar algún tipo de actividad física y se nombran a los ejercicios del método Pilates como los hábitos saludigestivos recomendables, ya que facilitan los movimientos peristálticos del intestino y favorecen el tránsito intestinal.
También es conveniente para prevenir fracturas por osteoporosis, para mejorar la postura y refuerzo de la espalda en los niños, para ayudar a no perder la movilidad a los pacientes encamados, para combatir la obesidad en adolescentes, etc. Parece que sus indicaciones son ilimitadas.
FUENTE: www.consumer.es

lunes, 1 de abril de 2013


¿Adelgazar con ejercicio y sin dieta?

La combinación adecuada de una dieta saludable y la práctica del ejercicio es la clave del éxito para perder peso
 Neeta Lind -Es bien sabido que el ejercicio es bueno para la salud, pero es más frecuente relacionarlo con la pérdida de peso y practicarlo con ese fin. Por eso, muchas personas piensan que el ejercicio es suficiente para bajar de peso, pero no siempre es así. Creer que después de una sesión de ejercicio se puede comer lo que sea porque ya se he quemado es una equivocación que lleva, en la mayoría de los casos, a un abandono de la práctica de ejercicio si no se obtienen los resultados esperados.

Si hago ejercicio, ¿puedo comer más?

Una persona que tiene sobrepeso y practica ejercicio con el único fin de perder esos kilos de más debe ser consciente que puede no ser suficiente si no lleva a cabo un plan ordenado en su alimentación. Si se hace ejercicio diariamente pero el consumo de energía es muy elevado no se consigue el objetivo buscado. Así, cuando se quiere perder peso es preciso que el balance energético sea negativo, es decir, que se gaste más energía de la que se ingiere. Esto no quiere decir comer menos, pero sí comer mejor. Un plan de adelgazamiento permite comer mayores cantidades de aquellos alimentos que aportan menos energía y que ayudan a saciarse. Además, si la dieta se acompaña de ejercicio, este hará que la grasa en exceso del cuerpo se vaya quemando más rápidamente.
Combinar la práctica de ejercicio con una dieta saludable, por tanto, contribuye a mantener la salud y, si lo que se busca es bajar de peso, una dieta baja en calorías junto con un plan atractivo de actividad física serán la clave del éxito.

La alimentación desaconsejada

Después del ejercicio, se debe optar por alimentos de pocas calorías para no ingerir más energía que la gastada durante la actividad
De nada sirve hacer ejercicio si después de cada sesión se decide comer una pieza de bollería, más cantidad de espaguetis o un bocadillo más grande, algo tan obvio como frecuente entre mucha gente. De esta forma es muy probable que se ingiera incluso más energía de la que el organismo ha gastado. En caso de comer algo después del ejercicio, es preferible optar por alimentos que no aporten tantas calorías. Así, por ejemplo, un bollo relleno de chocolate aporta 200 calorías a expensas de azúcares simples y grasas, mientras que un pincho de jamón serrano (de 50 gramos de pan) aporta 140 calorías por su contenido en azúcares complejos y proteínas.
También resulta desaconsejado practicar ejercicio cuando han transcurrido varias horas desde la última comida. En este caso, será necesario comer algo antes de la sesión de deporte para así mantener las reservas de glucosa y tener resistencia durante el tiempo que dure la actividad.

Ejercicio físico, una cuestión de salud

La práctica del ejercicio debe entenderse como un hábito de vida al que hay que dedicarle un tiempo más o menos fijo a lo largo de la semana. Poco efecto se nota si se practica ejercicio intenso un día y no se vuelve a hacer actividad en mucho tiempo. Algo similar ocurre si se detiene la actividad física durante el verano, algo que provocará, cuando se retome de nuevo en otoño, la necesidad de un mayor esfuerzo.
Las altas temperaturas, el cansancio acumulado después de un intenso año laboral y la ausencia de trabajo y de obligaciones durante los meses de verano son algunos de los motivos que pueden llevarnos a abandonar el ejercicio. Por tanto, si es preciso es recomendable cambiar de actividad, de modo que el ejercicio no resulte agotador y que se ajuste a la persona que lo practica. El ejercicio presenta múltiples beneficios: contribuye a quemar la grasa, mejora la fuerza muscular y ayuda a mantener la masa ósea.

FUNTE: www.consumer.es