La constancia en el deporte
Cuantas veces nos hemos propuesto hacer deporte con regularidad,
sobre todo a partir de ciertas fechas: primeros de año, Semana Santa,
verano, a la vuelta de las vacaciones... Incluso nos hemos llegado
a apuntar en un gimnasio para conseguir nuestro propósito con un
resultado desalentador.
sobre todo a partir de ciertas fechas: primeros de año, Semana Santa,
verano, a la vuelta de las vacaciones... Incluso nos hemos llegado
a apuntar en un gimnasio para conseguir nuestro propósito con un
resultado desalentador.
Se empieza con mucha ilusión y ganas, pero esta fuerza inicial se
desvanece en uno o dos meses. Al cabo de cierto tiempo terminamos
abandonando casi por completo la actividad física. Un día no vamos
porque nos surge algún imprevisto, pero a las pocas semanas cualquier
excusa nos tumba en el sofá. ¿Por qué no somos constantes haciendo
ejercicio físico?
desvanece en uno o dos meses. Al cabo de cierto tiempo terminamos
abandonando casi por completo la actividad física. Un día no vamos
porque nos surge algún imprevisto, pero a las pocas semanas cualquier
excusa nos tumba en el sofá. ¿Por qué no somos constantes haciendo
ejercicio físico?
Hay diversos motivos, pero el principal es el no haber hecho deporte
con asiduidad desde niños, algo importantísimo a la hora de hacer
ejercicio en la edad adulta. Si uno está acostumbrado a una
rutina de entrenamientos semanales, es más fácil y natural salir a
correr, montar en bici, nadar, o ir al gimnasio.
con asiduidad desde niños, algo importantísimo a la hora de hacer
ejercicio en la edad adulta. Si uno está acostumbrado a una
rutina de entrenamientos semanales, es más fácil y natural salir a
correr, montar en bici, nadar, o ir al gimnasio.
Será una actividad más que estará incorporada en nuestra secuencia
de acciones diarias, como el comer o levantarse y por lo tanto no
requerirá un esfuerzo mental extraordinario. Pero, si por el
contrario, no estamos acostumbrados a esta situación, porque no la
reconocemos en nuestro patrón de conductas, el resultado será
que para hacer deporte tendremos que desplegar una voluntad de hierro.
de acciones diarias, como el comer o levantarse y por lo tanto no
requerirá un esfuerzo mental extraordinario. Pero, si por el
contrario, no estamos acostumbrados a esta situación, porque no la
reconocemos en nuestro patrón de conductas, el resultado será
que para hacer deporte tendremos que desplegar una voluntad de hierro.
¿Qué deporte practicar?
Lo primero que hay que decir es que no debemos cerrarnos a ninguno y
habrá que desprenderse de las ideas preconcebidas: como por ejemplo
que correr, andar en bici, nadar, ir al gimnasio es un aburrimiento.
Conozco gente que empezó a correr sin gustarle para nada, y terminó
corriendo maratones. Otro aspecto fundamental es no saltarse ninguno
de los principios del entrenamiento, como la progresión. Cuanta gente
decide salir a correr, coger la bicicleta o volver al gimnasio, después
de meses o incluso años sin moverse y entrena al 80% de su capacidad
con un resultado de agujetas descomunales y por tanto inmovilidad
funcional para la vida ordinaria durante cuatro o cinco días. Lo lógico es
que se empiece a un nivel suave, aumentando cada semana el tiempo y
la intensidad, con tres sesiones semanales, para luego pasar a cuatro
y después a cinco o incluso seis. Otro aspecto a tener en cuenta es el
material. Si no es el adecuado puede echar por tierra un buen comienzo.
Si voy a correr usaré unas zapatillas específicas y no unas para jugar al
tenis.
habrá que desprenderse de las ideas preconcebidas: como por ejemplo
que correr, andar en bici, nadar, ir al gimnasio es un aburrimiento.
Conozco gente que empezó a correr sin gustarle para nada, y terminó
corriendo maratones. Otro aspecto fundamental es no saltarse ninguno
de los principios del entrenamiento, como la progresión. Cuanta gente
decide salir a correr, coger la bicicleta o volver al gimnasio, después
de meses o incluso años sin moverse y entrena al 80% de su capacidad
con un resultado de agujetas descomunales y por tanto inmovilidad
funcional para la vida ordinaria durante cuatro o cinco días. Lo lógico es
que se empiece a un nivel suave, aumentando cada semana el tiempo y
la intensidad, con tres sesiones semanales, para luego pasar a cuatro
y después a cinco o incluso seis. Otro aspecto a tener en cuenta es el
material. Si no es el adecuado puede echar por tierra un buen comienzo.
Si voy a correr usaré unas zapatillas específicas y no unas para jugar al
tenis.
Con estas pautas, podremos comprobar por nosotros mismos, que
después de unos meses practicando con asiduidad ejercicio físico,
notaremos incluso que nos encontramos mal si faltamos a nuestra cita.
Debemos sustituir la palabra "tener" por "necesitar", es decir, no "tengo"
que hacer deporte, sino "necesito" hacer deporte. Tampoco hay que
desanimarse si algún día puntual no somos capaces de realizar nuestra
dosis de ejercicio, ya sea por acumulación de trabajo o simplemente
por cansancio mental. Seremos contantes en nuestro momento de
ocio deportivo incluso si fallamos alguna vez al mes. Recuerda siempre
esta celebra frase de Albert Einstein: "Hay una fuerza motriz más
poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad".
después de unos meses practicando con asiduidad ejercicio físico,
notaremos incluso que nos encontramos mal si faltamos a nuestra cita.
Debemos sustituir la palabra "tener" por "necesitar", es decir, no "tengo"
que hacer deporte, sino "necesito" hacer deporte. Tampoco hay que
desanimarse si algún día puntual no somos capaces de realizar nuestra
dosis de ejercicio, ya sea por acumulación de trabajo o simplemente
por cansancio mental. Seremos contantes en nuestro momento de
ocio deportivo incluso si fallamos alguna vez al mes. Recuerda siempre
esta celebra frase de Albert Einstein: "Hay una fuerza motriz más
poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad".
¿Cómo se inicia un niño en el ejercicio físico?
El papel de los padres es fundamental, ya que deben ser ellos los que
fomenten que su hijo practique el deporte que en principio el niño quiera
desde muy temprana edad. Por supuesto que para que un niño disfrute de
la actividad deportiva debe de dar con buenos profesionales: una mala
experiencia puede tumbar una ilusión. Para un niño que se inicia en un
deporte, lo ideal es que empiece en una liga suave (si practica un deporte
de equipo), donde el nivel sea el adecuado al suyo, para que pueda cosechar
experiencias de éxito, fundamental para la continuidad, motivación, autoestima
y su desarrollo como individuo.
fomenten que su hijo practique el deporte que en principio el niño quiera
desde muy temprana edad. Por supuesto que para que un niño disfrute de
la actividad deportiva debe de dar con buenos profesionales: una mala
experiencia puede tumbar una ilusión. Para un niño que se inicia en un
deporte, lo ideal es que empiece en una liga suave (si practica un deporte
de equipo), donde el nivel sea el adecuado al suyo, para que pueda cosechar
experiencias de éxito, fundamental para la continuidad, motivación, autoestima
y su desarrollo como individuo.